La Mesa de los Tres Reyes por la cresta de los Budogias
Lola Mas
Gran recorrido circular desde el refugio Linza a Belagua
Los reyes que se alzaron a pactar sus acuerdos en tal alta mesa habrían montado una expedición de varias jornadas para alcanzar la lejana y poderosa cima, entre los antiguos reinos de Navarra, de Aragón y el condado del Bearn. Y las expediciones montañeras de hoy, como la que relatamos, se resuelven en únicas y largas jornadas para alcanzar la misma cima de aquellos reinos y transitar por sus aristas rocosas, partiendo de los llanos de Linza, en el alto valle de Ansó, asomándose al alto valle de Lescún con sus abruptas paredes, y recorriendo largamente el valle de Belagua con sus magníficos bosques de hayas, descanso del laberinto rocoso del macizo de Larra.
Se inicia la ronda pirenaica de la 26 edición de la Pico a Pico en la emblemática muga del Pirineo occidental por una ruta inédita y original, que nos llevaría desde el refugio de Linza al de Belagua por un itinerario de crestas desde la Pakiza de Linzola, por la Hoya del Portillo de Larra a la cresta de los Budogias, fronterizos entre Aragón y Navarra, para descender al collado de la Mesa y alcanzar su cima antes de iniciar el descenso por el intrincado macizo kárstico de Larra.
Partimos a las seis de la mañana de Huesca hacia los valles occidentales por Ansó, Zuriza y el llano de Linza, donde iniciamos el ascenso con un ritmo pausado hacia el collado de Aztaparreta siguiendo luego el cordal hacia la Pakiza de Linzola. La cresta es suave hasta alzarse la cumbre de la Pakiza, de la que se desciende por un corto destrepe que sigue en rápido descenso, perdiendo altura por praderas de montaña de color pajizo que acaban de deshacerse de la nieve, hasta el llano de la Hoya del Portillo de Larra. Comienza un buen desnivel de ascenso para alcanzar la cresta de los picos Budogía que se extiende de Oeste a Este hacia el collado de la Mesa que separa la gran mole aislada de la cumbre, observando el enorme paisaje lapiaz del macizo de Larra al Noroeste, una superficie rocosa entreverada de grietas y neveros que tendremos que transitar cuando nos dirijamos al descenso por el GR que cruza por el collado de Insole o de Anaye, punto clave del descenso.
Antes de destrepar de la cresta hacia el collado de la Mesa por la parte más baja de un gran nevero que lo ocupa, observamos el recorrido por si hubiera que bajar antes de alcanzar la cumbre, ya que el cielo se está poniendo cada vez más negro, con las previsiones meteorológicas inciertas de este domingo de final de Mayo, que no sabemos en qué pueden terminar. Parece que el cielo va dando una tregua y visto el terreno lo menos complicado es alcanzar la cumbre de la Mesa, para seguir la ruta prevista por el collado de Lhurs hacia el collado de Insole. En la cumbre con la imagen del castillo de los tres reinos una foto de grupo rápida, para resolver el primer y complicado tramo del descenso por la canal que baja por el Norte. Pedregosa, estrecha y empinada la destrepamos en pequeños grupos para no tirarnos piedras, un salto al nevero y nos reagrupamos al pie de la cima con la vista puesta en el trayecto por el laberinto de rocas entrecortadas por simas ocupadas por neveros.
Mirando el track que coincida con los hitos que van marcando el trayecto, después de hora y media alcanzamos el paso del collado de Insole al pie de las paredes de la Sierra de Añelarra por donde subimos al pico Anie con la Pico a Pico hace unas temporadas. Por fin, cerca del collado con las señales del GR que han empezado a aparecer, un merecido descanso del grupo antes de continuar el largo descenso hacia el refugio de Belagua. Son las cinco de la tarde cuando salimos mirando el indicativo que hay de más de 9 kilómetros hasta el refugio, pero este largo descenso se entretiene mucho con las caprichosas formas del roquedo calizo de Larra, de árboles retorcidos que salpican el paisaje, transitando en sube y bajas por bosques profundos de hayas, hasta que por fin en el horizonte aparece la silueta del refugio de Belagua, donde llegamos con las luces del atardecer. Ahí comunicamos con el refugio de Linza con unos compañeros que siguieron el itinerario del collado de Linza para el regreso, y para evitar subir con el autobús, el guarda del refugio les ha trasladado hasta Zuriza, lo que se agradece, demostrando que algunos guardas van mucho más allá en el servicio público de los refugios.
Durante el descenso íbamos haciendo algunos cálculos de desniveles y distancias, concluyendo en más de 22 kilómetros con una acumulación de ascensos y descensos que ha sumado 1.772 metros positivos, en el gran recorrido circular que nos ha permitido la organización del club con punto de partida y de regreso en diferente valle. ¡Qué bien nos hubieran sentado esos deseados bocatas de chistorra en Belagua!, donde nos tuvimos que conformar con unas cervezas bienvenidas también.
Huesca, 1-06-2021