Pico a Pico. Guara, 25 años después.
Siguiendo la vieja tradición de Peña Guara en la que antiguamente, el primer domingo de octubre se ascendía a Guara y se daba por finalizada la temporada de montaña, nos dirigimos al Pico de Guara, como siempre, el colofón del programa Pico a Pico que durante el verano nos lleva a ascender algunas de las cumbres más emblemáticas del Pirineo.
Este año el Coronavirus ha trastocado la mayoría de las ascensiones programadas y nos hemos visto obligados a cambiar alguna actividad improvisando otras aunque, finalmente, a pesar de todo, hemos completado un interesante Pico a Pico 2.020.
Habitualmente realizamos la ascensión otoñal a Guara desde Nocito, por la vertiente norte, pero este año cambiamos de plan y aprovechamos el ofrecimiento de Vicente Usón, conocedor de muchos de los caminos secretos de Guara, de guiarnos por el poco transitado camino que, desde los Huertos de Fabana, asciende por la cresta de la Paul de Aliaga, el pico Pondaliaga y el pico Arnabón y, ya directamente, por la vertiente sur, llega a la cumbre de Guara. Muchos de nosotros contamos por decenas las ascensiones a Guara, alguno más del centenar, y todavía no conocíamos este interesante itinerario que, a pesar de la lluvia, de algunas rachas de fuerte viento, de los erizones e incluso en algún momento, de la nieve, nos encantó y nos ofreció otra perspectiva bien diferente de Guara.
El mal tiempo casi nos hizo desistir de ascender a la cumbre. La intrepidez, audacia o inconsciencia, que de todas las formas se podría llamar, de subir a Guara con ese tiempo tan desapacible se vio recompensada con un momento de calma, casi con sol, en la cima que nos permitió descansar un poquito antes de emprender el descenso siguiendo la vía normal del Raso de los Hongos, los Valles y las gargantas de Fabana.
Una vez todos en la Tejería, nos desplazamos todos al refugio de Vadiello para la tradicional comida de despedida, esta vez tipo “comida de hermandad, cada uno lo suyo”, y para una celebración especial; el final de la edición número 25 del Pico a Pico .Una tarta con veinticinco velas, que como responsable con más veteranía en el Pico a Pico me tocó soplar a mí, y el champán fueron la modesta pero entrañable celebración de este cuarto de siglo subiendo montañas.
En 1.996, algunos asiduos del prestigioso programa Paso a Paso, que se interrumpía durante el verano, demandaban alguna actividad para ascender a cumbres pirenaicas. Así fue como Manolo Bara y Alfonso Uriel pusieron en marcha el Pico a Pico. Desde entonces muchos hemos estado involucrados en la organización y dirección de estas excursiones, algunos esporádicamente y otros con más continuidad. Que me perdonen los que no voy a citar por no hacer exhaustiva la lista, y porque seguro que me olvidaría de alguien, pero es justo mencionar a Antonio Gros y, sobre todo, a Javier Sarasa que durante muchos años asumieron la responsabilidad de coorganizar esta actividad, y en la actualidad, también hace ya unos cuantos años, a Marcos Bielsa y a Oscar Fernández.
Pero el Pico a Pico ya es como una familia, una familia por supuesto abierta a nuevas incorporaciones. De aquel grupo inicial casi no queda nadie. Algunos han dejado de venir para hacer actividades menos exigentes, otros ya no están entre nosotros (un recuerdo especial para Enrique Sanagustín, para Carlos Puyal, para Fidel Mate y para Javier Sierra). Pero otros incondicionales se han ido incorporando al grupo, muchos de ellos ya expertos montañeros que ayudan a los más inexpertos haciendo todo mucho más fácil. Y es así cómo se explica que durante estos veinticinco años, a pesar de ser grupos numerosos y de afrontar algunas ascensiones bastante complicadas, hayamos tenido la fortuna de no sufrir ningún accidente serio.
¿Y el futuro? Esta es una gran pregunta. Algunos tendremos que dejar que otros asuman el liderazgo, es ley de vida, no pasa nada, pero mientras haya gente con ganas el futuro debería de estar asegurado. Pero… la nueva Ley del Deporte 16/2018 promulgada por el Gobierno de Aragón que entrará en vigor en poco más de un año, el 4 de diciembre de 2.021, obligará a profesionalizar la organización de estas actividades y, si nadie lo remedia, pondrá en peligro, por no decir que las herirá mortalmente, las actividades tradicionalmente organizadas por los clubs y seguramente la propia existencia de los mismos tal como los conocemos ahora. Si n o se modifica o adapta la ley, actividades como el Pico a Pico serán imposibles de realizar en el Pirineo Aragonés,…aunque sí en el catalán o el francés. ¿Alguien lo entiende? Que me lo explique.
Lorenzo Ortas