29 de julio de 2018
LAS CUMBRES DEL CAMPBIEIL Y EL ESTARAGNE
Desde que comenzó el programa de Pico a Pico, hace ya más de veinte años, una de las pretensiones era dar la oportunidad de conocer cada rincón de nuestro Pirineo. Ya habíamos visitado el macizo de Neouvielle en anteriores ocasiones ascendiendo al mismo pico Neouvielle y a su vecino Ramougn, al pico Tres Consejeros y al Turón, incluso hicimos una incursión por el grupo del Pic Long, pero no habíamos estado en el modesto Estaragne, una cumbre de apenas tres mil metros que se erige al fondo del valle del mismo nombre muy cerca del lago represado Cap de Long.
Salimos el domingo muy temprano de Huesca con la intención de realizar una excursión circular culminando en el Estaragne después de ascender a su vecino Campbieil.
Después de cruzar el túnel de Bielsa, la carretera desciende bruscamente por la vertiente francesa hasta llegar al desvío de la estación de esquí de Piau Engaly. Se continúa descendiendo, ya más suavemente, por el valle, pasando por Aragnuet, hasta llegar a Fabián, una pequeña población donde está el desvío hacia Neouvielle. Entonces la carretera se estrecha y comienza a serpentear ascendiendo de nuevo brúscamente, en contínuas “lacettes” en dirección a los lagos de Oredón, Aubert y Cap de Long, seguramente uno de los rincones más pintorescos del Pirineo.
Nosotros dejamos el desvío para Oredón y llegamos al lago Cap de Long donde comienza nuestra excursión.
Desde la presa sale el camino que bordea el lago por su margen izquierda. Durante casi una hora recorremos la orilla sin apenas ganar altura, con unas soberbias vistas de la cara sur del Neouvielle y de sus cumbres vecinas. Al llegar al final del lago continuamos por el sendero, no muy definido, que siguiendo el curso del riachuelo que alimenta al lago va ascendiendo por el valle entre la esbelta cumbre del Pic Long y la ruinosa cumbre del Campbieil. Al final del valle, un pequeño lago, el Gourg de Cap de Long, precede al collado desde donde nos sorprende una magnífica vista de la vertiente norte del macizo de Monte Perdido, el grupo de la Munia y mucho más lejos, con el característico glaciar blanco, este año gracias a la cantidad de nieve que todavía queda en la montaña, el macizo del Vignemale.
Desde el collado seguimos la cresta hacia el este, muy fácil, hasta el pico Lentille, de 3.157 metros . Tras un breve descanso para reagruparnos, continuamos hasta el cercano Campbieil a 3.173 metros. Allí, como es ya una costumbre, foto de grupo, un bocado y poco más porque el cielo se va cubriendo y hay probabilidades de tormentas.
La travesía desde el Campbieil hasta el Estaragne ya no es tan sencilla como hasta aquí. Primero hay que destrepar una placa, fácil pero algo resbaladiza y descompuesta donde ponemos una cuerda pasamanos para mayor seguridad. Después seguimos una aérea cresta cuya cara norte no son más que empinadas pedreras pero que al sur es un precipicio que cae espectacularmente hasta las pistas de Piau Engaly, mil metros más abajo. Tenemos que cruzar algún nevero , con cuidado de no deslizarnos porque a estas alturas del verano todos los neveros terminan en peligrosas rocas, y unas cinco horas después de partir del lago Cap de Long llegamos al Estaragne, a 3.006 metros. Desde la cumbre contemplamos el valle por el que tenemos que descender hasta la carretera donde nos espera el autobús al que distinguimos perfectamente.
El descenso, sin ser difícil, al principio es bastante complejo y es necesario seguir los hitos para encontrar la mejor forma de destrepar los resaltes de roca siempre muy descompuesta y los abundantes neveros que este año todavía hay en la montaña hasta llegar al sendero que ya por terreno herboso desciende serpenteando por el valle sin más dificultad.
Siete horas más tarde, y con 1.300 metros de desnivel acumulados llegamos a la carretera, afortunadamente sin que se hayan caído las tormentas pronosticadas.
Lorenzo
